(Extracto de la presentacion del libro "el corazôn de la mistica", de Juan Espinosa)
....Seguramente casi todos los presentes entienden la mística como
dentro de las religiones o como parte de las religiones. Es una forma de
entenderlo en cierto modo cristiana-occidental. Pero me parece que esto no es
así Más aún, podemos afirmar aunque suene un poco fuerte que la mística es
independiente de la religión. No solo eso, sino que es previa y posterior a las
religiones. Ustedes saben que el budismo no es una religión ya que no tiene
dioses, no tiene templos, no tiene ritos o ceremoniales (exceptuando algunas
ramas) y no tiene una jerarquía sacerdotal. Así es realmente el budismo en su
origen y su capacidad de producir experiencias trascendentes no tiene nada que
envidiar a otras formas de otras culturas. Este es un ejemplo. Otro muy
importante es el chamanismo que ahora reverdece en todo el planeta. También
tienen sus procedimientos y sus experiencias con lo sagrado.
Desde
luego lo místico ha estado bajo el paraguas de las grandes religiones, pero
también ha estado fuera de ellas. Lo espiritual o lo místico está en la esencia
del ser humano y cuando volvemos sobre nosotros mismos, cuando conectamos con
nuestra profundidad estamos abriendo la puerta a las grandes inspiraciones de
la vida, a las grandes experiencias, a las verdades que reconocemos nos hacen
libres y felices.
Entonces ¿que es la mística? ¿De qué estamos
hablando? Para empezar a perfilar el tema vamos a leer como lo define Miguel de
Molinos, uno de los grandes místicos aunque maltratado por la historia. Así
empieza su libro Guía Espiritual:
La
ciencia mística no es de ingenio, sino de experiencia; no es inventada, sino
probada; no leída, sino recibida, y así es segurísima y eficaz, de grande ayuda
y colmado fruto.
No
entra la ciencia mística en el alma por los oídos, ni por la continua lección
de los libros, sino por la liberal infusión del divino espíritu, cuya gracia se
comunica con regaladísima intimidad a los sencillos y pequeños. (…)
No es esa ciencia de
teórica, sino de práctica, en donde sobrepuja con grandísima ventaja la
experiencia a la más avisada y despierta especulativa. [1]
Entonces
la mística es experiencia y no análisis, ni teología, ni razonamiento, ni
especulación. Es esa particular
experiencia que de alguna manera supera los mecanismos de la conciencia habitual
para toparse con otras realidades. Y estas otras realidades han sido
relatadas con cierta dificultad por infinidad de espirituales de todas las culturas
y de todos los tiempos. Los nombres para llamar a esto son muchos: nirvana en
el budismo, samadhi en el zen, iluminación, fana en el sufismo, fusión con Dios
en la mística europea, la vacuidad, la inefable, la experiencia de lo eterno,
el Gran Silencio, la Revelación, el despertar del dios interior, y un largo
etcétera.
Ahora
que se esta resquebrajando el manto de racionalismo que ha cubierto nuestra
cultura, ahora que se caen los valores y las creencias, ahora empieza de nuevo
a ser creíble que la experiencia espiritual sagrada y profunda puede estar
accesible a cualquier ser humano que la busque con verdad y sin contradicción.
Esto, según van pasando los años lo creo con mas fuerza, viendo como lo
espiritual se está despertando de diversas y a veces difusas o confusas formas.
Así
que este libro tiene la intención de acercar al lector las experiencias de
otros, ponerlas en primer plano para que crezca la creencia de que se pueden
tener experiencias trascendentes. Y que realmente son estas experiencias las
que dan sentido a la vida y a todo lo existente.
[1] Miguel de Molinos, Guía Espiritual, edición crítica, introducción y notas de
J. I. Tellechea Idígoras, Ed. Universidad Pontificia de Salamanca y Fundación
Universitaria Española, Madrid, 1975, págs. 103 y 104.